Es cierto que el sector bancario es un referente en transformación digital. Sus soluciones innovadoras como las carteras virtuales –las cuales proporcionan información sobre el estado de la cuenta en tiempo real–, que en el 2020 contaron con un aumento del 180% en América Latina, y los dispositivos wearables como las manillas de pago para realizar compras sin usar una tarjeta bancaria convencional, son solo algunos ejemplos de los avances que ha tenido la industria en los últimos años gracias al aprovechamiento de las nuevas tecnologías disruptivas.
Pero la tecnología avanza a pasos agigantados y a pesar de los logros del sector aún son muchas las entidades bancarias que ignoran la importancia de modernizar sus aplicaciones, tan esenciales para garantizar la calidad y eficiencia de los servicios. Hay múltiples señales que indican que es hora de modernizar las aplicaciones, y algunas de ellas son el lenguaje de programación obsoleto, tiempo lento de respuesta, al igual que la falta de soporte y de licenciamiento del fabricante por el pasar del tiempo.
Ya no es cuestión de lujo. Modernizar una aplicación en las industrias con operaciones críticas permite llevar la experiencia del usuario a otro nivel y hacer que la app sea más flexible, oportuna y escalable. Además, da la posibilidad a las empresas de contar con una solución cloud nativa, pasando de una estructura monolítica a una de microservicios capaz de minimizar el riesgo de fallas y de brindar un soporte más estable e integral.
Ejemplo de lo anterior son los ‘core bancarios’. Estos software, además de reunir todas las operaciones y recursos de la organización, son los encargados de garantizar la funcionalidad de otras aplicaciones asociadas al servicio de los clientes. Si el core falla, los demás servicios se verán afectados.
TIVIT ha sido pionera en América Latina en la transformación de aplicaciones bancarias a través de su solución App Modernization. Nuestro servicio permite que los clientes actualicen sus aplicaciones legadas empleando inteligencia artificial y machine learning, reduciendo los tiempos de conversión del código, comparado con una modernización tradicional, entregando la aplicación en una arquitectura cloud nativa.
Asimismo, TIVIT cuenta con un datacenter privado y alianzas con los principales proveedores de nube pública como AWS, Azure o Google Cloud, que nos permiten brindar la correspondiente infraestructura que necesita la aplicación.
Cabe recordar que, aunque una modernización integral no es necesariamente la más rápida, sino la que responda de mejor manera a las necesidades de la compañía y de sus clientes, el tiempo de actualización tiene un impacto relevante en la productividad de las organizaciones. Por esta razón, y teniendo en cuenta que el proceso de modernización puede tardar bastantes semanas, en TIVIT reducimos significativamente ese periodo de tiempo, a partir del involucramiento de tecnologías automatizadas.
La optimización de las aplicaciones bancarias es una tarea pendiente para diversas entidades financieras en América Latina. Si se tiene en cuenta que a octubre de 2020 cerca de 40 millones de personas en la región lograron ser bancarizadas según una investigación de Americas Market Intelligence y MasterCard, se hace evidente que el sector debe contar con aplicaciones eficientes, robustas y disponibles.
Invito a la industria bancaria a seguir visualizando en las tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial y el machine learning, aliados potenciales a la hora de impulsar sus soluciones empresariales. Hacerlo, además de generar beneficios económicos y de competitividad, permitirá que la experiencia del cliente sea única.
No olvidemos que la verdadera transformación digital es aquella que ubica al usuario en el centro de las operaciones, ni que el principal beneficio de la apropiación tecnológica es la posibilidad de potenciar la calidad de los servicios y la experiencia del cliente.
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