Panorama del desarrollo digital en Latinoamérica
De acuerdo con el Banco de Desarrollo de América Latina, en la región hay serios retos en materia de infraestructura digital, que tanto el sector privado como los gobiernos regionales deben solventar, de cara a la búsqueda de la mitigación de los impactos económicos y sociales del Covid-19.
Esta afirmación surge del análisis de dos variables dentro del estudio “Las oportunidades de la digitalización de América Latina frente al Covid-19”, que son el índice de desarrollo del ecosistema digital y el índice de resiliencia de infraestructura digital, publicadas recientemente.
En primer lugar, el documento señala que la región tiene una calificación de 49.92 puntos sobre 100 en cuanto a desarrollo del ecosistema digital, cifra que, pese a ser mayor a la de territorios como África (35.05) y Asia Pacífico (49.16), muestra un rezago significativo en comparación con Europa Occidental, que cuenta con 71.06 puntos, América del Norte que tiene 80.85 puntos y los Estados Árabes con 55.54 puntos. De modo que la región se encuentra por debajo del promedio mundial, que es de 65,74 puntos.
Esta calificación, la cual muestra la inclinación de un territorio hacia la digitalización, nació con base en el análisis de la tasa anual de crecimiento de Latinoamérica que llegó al 6,21% entre 2004 y 2018, según el documento mencionado, siendo igualmente bajo en comparación con otros continentes emergentes como África (8,27%) y Europa del Este (6,89%).
Precisamente, a raíz de lo anterior, se concluye que Latinoamérica presenta limitaciones en el desempeño digital de cara a la pandemia. Una de esas limitaciones es el uso del internet que, debido al auge de prácticas como la teleducación y la telemedicina, de acuerdo al portal web que analiza el uso de la red, Okla/Speedtest, citado en el informe, países como Brasil, México y Chile tuvieron disminuciones graduales de la calidad de dicho servicio al incrementar la latencia en más de un 10% a nivel general.
Además, sobre la resiliencia digital de los hogares, el informe llama la atención sobre la penetración rural del servicio que tiene una penetración de entre el 40% y 50% del territorio y, en casos graves, solo roza el 10%. A ello, se le suma que en momentos de emergencia sanitaria donde la información es vital, si bien alrededor del 67% de la población cuenta con acceso a la función, los mayores de 75 años solo representan el 20% de usuarios en la región.
El estudio también analiza lo que ha denominado como la resiliencia digital del Estado, teniendo en cuenta el tiempo promedio que toma el diligenciamiento de documentos sobre exportación e importación de bienes, y la manera como la digitalización de los mismos dinamiza esta clase de procesos aduaneros, y, por otro lado, la capacidad de construir y extender los servicios del “gobierno electrónico”.
Para el 2020, teniendo en consideración lo anterior, los Estados latinoamericanos que lideraban la lista del índice de resiliencia digital del Estado eran Chile (54.98), Uruguay (47.07) y México (43.55), frente al puntaje de 66.17 de los países miembros de la OCDE. Referente al gobierno electrónico y la prestación de sus servicios, mientras que países de la OCDE ostentan un índice de 0.83, América Latina en general conserva un puntaje de 0.66, siendo Uruguay el de mejor desempeño (0.79).
Finalmente, el informe sugiere que es necesario potenciar las obras de infraestructura tradicional para garantizar el transporte fluido de bienes de consumo humano durante la emergencia. A ello, se deben sumar avanzadas tecnologías de monitoreo inteligente con IoT, GPS, Big Data y Blockchain, que podrían ser claves maestras para responder de manera oportuna a los retos que plantea la pandemia, en especial en una región tan centralizada y desconectada como Latinoamérica.
En todo este proceso la participación del sector privado es y será clave, pues, por un lado, la historia nos ha enseñado que las empresas suelen tener mayor facilidad para invertir que el sector público y que, usualmente, son estas las que toman la delantera en materia de transformación digital y modernización. De modo que, en la medida que las compañías avancen en este sentido en la región, el territorio también lo hará.