Una de las principales razones del éxito de Cloud Computing es su bajo costo, dado que sus servicios son más eficientes y más baratos que las implantaciones de infraestructuras tradicionales. Sin embargo, la reducción de los costos a lo largo del tiempo de vida de un workload es menos importante que el hecho de que las empresas paguen por aquello que utilizan. Un bajo costo no lo es todo. La nube debe ser vista como una forma más eficiente de consumir y pagar por recursos de computación.
La realidad de los costos del Cloud Computing frecuentemente ha impedido un presupuesto preciso, algo que puede sonar hasta contradictorio, ya que el factor costo ha sido considerado a menudo como uno de los principales beneficios para las empresas en la nube. Esto ocurre principalmente porque la forma de estimar puede ser compleja y dependiente de múltiples factores, lo que ha causado varias “sorpresas” a los clientes al final del mes.
Sin embargo, es importante resaltar que un proveedor de servicios en la nube implementan modelos de biling y cobranzas que son difíciles de entender para quien no es especialista, generando al final una falta de transparencia que desagrada a los usuarios en general, pero que no significa precisamente un acto deshonesto.
Ya que parece inevitable escapar de esta complejidad de los proveedores, muchas empresas están optando por construir una nube de componentes formados por diferentes proveedores y crear su propia estrategia de gobierno de TI. Pero ese pensamiento multcloud puede empeorar el problema de precios, pues si ya es difícil mantener el control de costos en una única plataforma, ¿imagine en varias? Analizar los gastos en forma precisa (en términos de dinero y de ocupación del equipo) y hacer el presupuesto en diversas plataformas en nube termina convirtiéndose en un dolor de cabeza.
Muchas empresas optan por quedarse con un único proveedor cuando hacen su migración a la nube creyendo que así reducirán la complejidad y aumentarán la previsibilidad. Esa es una opción válida, pero se opone a muchos de los beneficios de un mercado cada vez más dinámico e imprevisible, pues aquellas que intentan encaminarse hacia el uso de varios proveedores pueden tener ciertas dificultades. Combinar y cambiar de proveedores es excelente en teoría, pero demanda tiempo y esfuerzo por parte de las empresas. Este proceso termina siendo un problema si no es realizado de forma adecuada o por profesionales y empresas que ya tengan dominio en esta transición.
Por eso, el viaje a la nube puede ser la salida y la forma de explorar los beneficios del Cloud Computing, principalmente cuando el asunto es dinero. Gastos e inversiones más precisas no son simplemente una cuestión de conveniencia, sino una oportunidad de crear ambientes sobre medida para cada necesidad. Hay facilidades cuando los usuarios logran ver cuánto gastan en sus ambientes en tiempo real y además de eso, poseen una única factura, sin confusiones de pagos. Este es el escenario próximo, en el que ambientes multcloud centralizados en una sola plataforma capaz de ofrecer además de la gestión de los recursos, la gestión financiera, no solo serán una opción, sino también una estrategia fundamental para que las empresas puedan beneficiarse realmente de los bajos costos de Cloud Computing.
Existen 4 tipos predominantes de sistemas de cloud computing:
1. las nubes públicas
2. las nubes privadas
3. las nubes híbridas
4. las multiclouds. Cada una tiene sus funciones ye metodologías independientes.
Para acceder a algún proveedor de alojamiento de información tipo nube, basta con ingresar la red pública en Internet, o directamente a una conexión de red privada dedicada. En ellas podrás encontrar diferentes servicios, planes, cuentas y más.