La tecnología llegó para cambiar las reglas del juego en el deporte
En mi experiencia como Country Manager de TIVIT en Chile, he podido presenciar cómo, a través del uso de recursos como la nube, hemos podido transformar empresas beneficiándolas con la optimización y reducción de costos y la seguridad de sus datos e información, entre otras ventajas. Esto es un claro ejemplo de cómo la tecnología y sus herramientas pueden estar a nuestra disposición.
Asimismo, he visto cómo la tecnología se ha introducido en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana, desde comprar a través de un dispositivo móvil, hasta los diferentes dispositivos que podemos controlar de manera remota en nuestro hogar. En este aspecto, el deporte no es una excepción a la regla, y desde hace varios años diferentes disciplinas como el fútbol, tenis, ciclismo, rugby, natación e, incluso, la Fórmula 1 han utilizado diversas soluciones tecnológicas para detallar, por ejemplo, las cualidades profesionales de un determinado deportista antes de contratarlo y complementar sus planteles deportivos, o para monitorizar cómo se desarrolla una competencia decisiva.
En ese sentido, ahora que vivimos una Copa América 2021 muy particular -sin hinchas llenando estadios, y sin nuestra Marea Roja coreando el Himno Nacional antes de cada partido-, la tecnología se posicionó como una herramienta aliada para que este tipo de encuentros deportivos conservaran su relevancia en un continente inundado por la pasión por el fútbol.
Por ejemplo, las Innovaciones como los dispositivos de Internet de las Cosas (IoT), les permiten a los entrenadores recabar datos del rendimiento de un jugador a través de un dispositivo wearable como un reloj, un peto, o una canillera, los cuales usan durante los partidos y entrenamientos. A través de estas prendas se puede obtener información como un mapa de calor, además de saber exactamente la distancia recorrida por cada futbolista en la cancha, a qué intensidad se ha recorrido, su velocidad, el número de sprints y aceleraciones, inclusive el número de golpes que le ha dado a la pelota, y la fuerza y velocidad con la que se le pega.
Esta tecnología también se encuentra presente en los partidos que se disputan. De esta forma, a través de cámaras ubicadas en el campo de juego, el árbitro asistente de video, más conocido como VAR por sus siglas del inglés video assistant referee, es el sistema tecnológico que emerge para apoyar a los árbitros ante cualquier duda que tengan sobre una jugada. Con esto, los jueces pueden analizar el partido desde distintos ángulos para obtener una visión mucho más amplia de las intervenciones de los jugadores y la pelota.
Otro de los elementos que puede contar con estas tecnologías es la pelota; a través de un sensor en su interior que se puede conectar con distintos dispositivos se permite analizar su trayectoria, velocidad y potencia. Además de permitir la grabación de los lanzamientos para poder transmitirlos en otros dispositivos y poder determinar si ha traspasado las líneas del campo de juego o del arco.
No obstante, la tecnología en los deportes no termina allí. La Inteligencia Artificial puede ayudar en la elección más idónea al momento de contratar un deportista, con base a una forma mucho más objetiva, basada en datos, predicciones de potencial y en algoritmos que incluso pueden indicar si el fichaje se revalorizará con el tiempo, y el impacto mediático que este puede llegar a tener.
Por otro lado, la seguridad ha sido un pilar esencial sobre el que se planifica el involucramiento de tecnologías en el deporte. Al respecto, el Blockchain, es decir, la cadena de bloques asegurados y cifrados criptográficamente para proteger la seguridad y privacidad de diversas transacciones ha sido un recurso que se ha implantado en actividades críticas como la venta de boletería. Además de ser una ayuda al medioambiente, al eliminar el uso de papel, también evita el fraude, aumenta la agilidad de las operaciones y la seguridad de estas.
Con esa serie de ejemplos, la tecnología nos demuestra una vez más su versatilidad a la hora de mejorar el desempeño de cualquier industria, potenciando factores como la seguridad, la legalidad y los costos operativos. ¿Cuál es su límite? Solo el tiempo lo dirá.