Ciberseguridad, el nuevo centro de preocupación para las empresas latinoamericanas

Ciberseguridad, el nuevo centro de preocupación para las empresas latinoamericanas
América economía Mauricio Gálvez, CISO de TIVIT

A la par del avance tecnológico en todas las industrias, el incremento de ataques que vulneran la ciberseguridad se ha convertido en un dolor de cabeza para las empresas de la región. Por ello, los esfuerzos e inversiones para sortear la cibercriminalidad son cada vez mayores, en un 2024 donde los riesgos amenazan con agudizarse.

la víspera de Año Nuevo, el colombiano Brian Quintero descubrió que cibercriminales accedieron a su cuenta bancaria y vaciaron todo el dinero que tenía: unos US$760, aproximadamente. A través de correos electrónicos, el neobanco Nequi le notificó que hubo un intento de acceso exitoso a la aplicación mediante la opción de reconocimiento facial. Quintero se comunicó con un asesor de Nequi, quien le indicó que era muy probable que los cibercriminales hayan usado inteligencia artificial (IA) para generar movimiento en las fotografías y burlar, así, el sistema de reconocimiento facial de la aplicación.

“El asesor que atiende mi llamada es quien me dice que lastimosamente es un método que están utilizando en este momento los delincuentes cibernéticos. Prácticamente utilizan aplicaciones para generar movimiento en tu rostro”, comentó el cliente afectado al medio colombiano CityTV. Tal evento, sin embargo, es sólo uno de miles de ejemplos vistos durante los últimos meses. Y ponen nuevamente sobre el tapete la fragilidad de los sistemas informáticos de empresas de diversos rubros en toda la región.

En Latinoamérica, las instituciones más atacadas son los bancos, seguidos por las instituciones de salud y las educativas. Si hablamos de países específicos, según Bruno Santiago, gerente de ciberseguridad de Oracle para América Latina, Brasil es la nación con más ciberataques, seguido de México y Colombia en la región. “Aunque esto no reduce la frecuencia ni la gravedad de los ciberataques en otros países latinoamericanos”, precisa Santiago.

La lista de violaciones en proveedores de servicios registradas en los últimos meses es larga. “El ataque de ransomware a GTD en Chile, por ejemplo, afectó a cientos de clientes que utilizaban sus servicios de Infraestructura como Servicio (IaaS), incluyendo entidades gubernamentales. En Colombia, un ataque a la operadora de telecomunicaciones IFX Networks interrumpió las operaciones del Poder Judicial, el Ministerio de Salud y otros organismos gubernamentales, así como a 700 empresas, también de otros países”, detalla el ejecutivo de Oracle.

2023 fue, sin duda, el año del ransomware. Y es que muchas empresas de la región se vieron afectadas por el ahora llamado ransomware-as-a-service. “Este se convirtió en una realidad y un peligro palpable”, dice a AméricaEconomía Robert Calva, Business Leader y especialista en automatización de Red Hat Latinoamérica.

El mundo se conecta cada vez más y, con ello, el número de superficies de ataque también se multiplica exponencialmente. Los ataques han construido poco a poco una industria millonaria que busca la ganancia financiera mediante la interrupción del servicio y el robo de datos. Y, para evitarlo, las empresas han respondido con una creciente inversión en ciberseguridad. “En 2023, el costo del cibercrimen alcanzó los US$ 10,5 billones y va en aumento”, indica Walter Montenegro, gerente general de Cisco Chile.

Según estimaciones de la empresa de ciberseguridad Cybersecurity Ventures, el costo global de los ciberataques en 2023 fue de US$ 6 billones y se espera que esta cifra aumente a US$ 10 billones en 2025. En Latinoamérica, la filtración y vulneración de datos alcanzó un costo promedio de US$ 2,46 millones. Se trata de un máximo histórico para la región y un aumento del 76% desde 2020, según el estudio Cost of a Data Breach.

El gasto para protegerse de la cibercriminalidad vale, entonces, su peso en oro. Sobre todo, considerando que un ciberataque es capaz de afectar toda la estructura de una organización. “El riesgo es muy alto. Desde la pérdida de la ventaja competitiva, la reducción de la calificación crediticia y el aumento de las primas de seguros cibernéticos hasta el impacto en el precio de su valor de mercado y pérdida de información sensible de sus clientes. Del lado de las personas, el impacto va desde extorsiones hasta filtración de información personal, suplantación de identidad y fraudes”, comenta Andrés Cariño, director de arquitectura de nube de Oracle.

En Latinoamérica, IDC estima que el gasto de las empresas en ciberseguridad se desglosa en un 56% para servicios de gestión de ciberseguridad, 17% en servicios de consultoría, 14% en integración de servicios y 12% en servicios de soporte. Dentro de esa gama, los líderes de negocio están identificando a la seguridad como el caso de uso principal para la IA generativa en sus empresas. “Esa es la razón por la que el 84% de las empresas priorizará soluciones de seguridad con IA generativa en vez de las tradicionales a nivel global, de acuerdo con el estudio de IBM sobre la IA generativa Empresarial”, agrega Pamela Skokanovic, CyberSecurity Sales Manager de IBM Sudamérica Sur.

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