No es novedad que IOT (Internet of Things) se tornó en una realidad. De la tendencia de los wearables a las modernas smart homes, las innovaciones de la transformación digital no paran de llegar, atendiendo necesidades y deseos que surgen y se multiplican a la misma velocidad en que esas tecnologías se desarrollan.
Ahora, además del uso personal ya es posible encontrar una amplia y regular utilización de los recursos tecnológicos conectados a Internet, los cuales se centran en mejorar la eficiencia de las operaciones empresariales así como también en complementar la calidad de los bienes y servicios que las empresas ofrecen.
Pero ¿será que hay un modo de tornar esa eficiencia y calidad más proactiva y aún más colaborativa para mejorar el resultado empresarial? ¿Es posible expandir el potencial de “Internet de las Cosas” más allá de los límites actuales?
La respuesta, claro, es un sonoro “¡Sí!” Eso consiste en la interconexión de las tecnologías a través de la integración conocida como “Ecosistema Digital”.
El Ecosistema Digital es un sistema compuesto por un espacio digital de interacción que puede incluir desde herramientas digitales a individuos especializados en áreas como análisis de modelado de datos y compuesto también por elementos digitales que lo integran e interactúan dentro de él.
Además, por medio de dichas interacciones y del intercambio de informaciones se permite que estos elementos funcionen de forma integrada, componiendo un potencial de inteligencia superior al que posee cada uno de sus elementos separadamente.
El crecimiento orgánico no gestionado de un ecosistema puede ser fatal para una empresa. Cuando se construye un ecosistema, es importante asegurarse de que todas las dependencias se han identificado y pueden controlarse.
Crear un mapa del ecosistema digital es clave para establecer un ecosistema sólido. El mapa del ecosistema digital es un diagrama visual de todas las herramientas y plataformas digitales utilizadas en la organización. Ilustra los procesos, cómo se transfieren los datos entre las partes del ecosistema y si el proceso es automatizado o manual.
Para ser eficaz, el mapa también debe documentar qué sistemas no están conectados actualmente o no son capaces de hablar y transferir datos entre sí, así como quiénes son los usuarios de cada sistema y quién es responsable de su mantenimiento.
El mapa del ecosistema digital es esencial para cualquier transformación digital. El objetivo del mapa es aclarar con qué tiene que trabajar una organización, garantizar que dispone de las herramientas adecuadas para apoyar sus objetivos y asegurarse de que está siendo lo más eficiente y eficaz posible en la consecución de esos objetivos.
Los siguientes pasos pueden utilizarse para crear un mapa del ecosistema digital:
Existen tres tipos principales: el ecosistema digitalizador, el ecosistema de plataforma y el ecosistema de superplataforma.
Se centran en digitalizar un producto existente con la ayuda de socios comerciales, manteniendo al mismo tiempo una baja complejidad de gestión. Los ecosistemas digitalizadores pueden añadir nuevas funcionalidades a los sistemas y crear ingresos por servicios digitales. Este ecosistema suele incorporar de 20 a 100 socios existentes en cinco sectores.
El ecosistema digitalizador es el más adecuado para empresas con sólidas capacidades de producto, habilidades digitales limitadas y un enfoque principalmente interno.
Funciona bien para organizaciones que buscan hacer que su producto establecido sea inteligente y esté conectado. Un ejemplo de ecosistema digitalizador es un fabricante de automóviles que se asocia para obtener la tecnología y la propiedad intelectual (PI) necesarias para conectar sus automóviles con los servicios digitales relacionados.
Son más avanzados que los ecosistemas digitalizadores. Se centran en conectar perfectamente usuarios y dispositivos inteligentes en una plataforma, garantizando al mismo tiempo altos niveles de servicio y obstáculos limitados. El ecosistema de plataforma crea flujos de ingresos a partir del uso de la plataforma.
Los datos generados por el ecosistema pueden utilizarse para negocios y modelos de servicio similares. Los ecosistemas de plataforma suelen tener entre 50 y 10 millones de socios en un máximo de cinco sectores.
El ecosistema de plataforma funciona mejor con empresas que tienen sólidas capacidades digitales y un fuerte enfoque en la experiencia externa. Las startups y empresas tecnológicas consolidadas tienen más probabilidades de adaptar esta plataforma como su modelo de negocio principal que las empresas no tecnológicas.
Un ejemplo de ecosistema de plataforma es Xiaomi, una empresa china de electrónica que fabrica e invierte en diversos tipos de productos, como teléfonos inteligentes, computadores portátiles, marcas de fitness y aplicaciones móviles. Xiaomi trabaja en estrecha colaboración con sus colaboradores -los fabricantes de dispositivos- para ofrecer una plataforma propia inteligente, equipada con una variedad de dispositivos inteligentes y conectados.
Son el tipo más complejo de ecosistema digital. Se centran en la integración de varias plataformas en un servicio integrado, al tiempo que captan los datos de los usuarios de la plataforma integrada. Este tipo de ecosistema proporciona una amplia gama de datos de usuario y también convierte los datos en dinero utilizando modelos de negocio adyacentes. El ecosistema de superplataformas suele tener al menos 10 millones de socios en al menos 10 sectores diferentes.
Los ecosistemas de superplataformas son los más adecuados para las empresas que poseen capacidades digitales avanzadas y una plataforma establecida desde el principio, así como la voluntad de trabajar con socios externos. En consecuencia, este ecosistema es el preferido por las empresas tecnológicas bien establecidas. Un buen ejemplo de ecosistema de superplataforma es un asistente virtual que incorpora servicios de compra, pago, transporte y comunicación en una única opción fácil de usar.
Muchas empresas obtienen los mejores resultados utilizando más de un tipo de ecosistema a la vez. Por ejemplo, Amazon Alexa utiliza los tres. El ecosistema digitalizador mejora el hardware del altavoz inteligente y la funcionalidad de reconocimiento de voz; existe un ecosistema de plataforma para añadir habilidades y aplicaciones que se utilizan para aumentar los servicios ofrecidos por Alexa; y se utiliza un ecosistema de superplataforma para integrar todas las demás plataformas.
Dentro de un Ecosistema Digital, actúan aplicaciones que integran las tecnologías de IoT a las tecnologías de Big Data, posibilitando la recolección y análisis en tiempo real de grandes conjuntos de datos.
Este tipo de herramienta permite el desarrollo de modelos predictivos para una serie de situaciones, desde el comportamiento del consumidor hasta la prevención de fallas, optimizando las actividades de la empresa en los diferentes sectores.
Así, por medio de la integración de Internet de las Cosas (IoT), con análisis de grandes conjuntos de datos (Big Data Analytics) y con la actuación en Ecosistemas Digitales, es posible superar los límites que cada una de estas tecnologías posee. Además, desarrollar una nueva y más avanzada solución de apoyo a la gestión operacional:
“Inteligencia de las Cosas”, una innovación que TIVIT trae al mercado ofreciendo manutención predictiva y consecuentemente, aumento del control, de la calidad y de la eficiencia en las operaciones empresariales. TIVIT ofrece su Futuro para que usted pueda aprovechar al máximo su Presente.