Hasta hace unos años, términos como "ciberseguridad" permanecían en el ámbito especializado, reservados para entendidos y apasionados por la tecnología. La presencia de profesionales en este campo era escasa y la mayoría de las empresas apenas consideraba la ciberseguridad como una prioridad. ¿Qué acontecimientos llevaron a que este tema ahora sea recurrente en los titulares de los medios más influyentes?
Juan Páez, LATAM Sales Engineer de Crowdstrike, estuvo acompañándonos en el Digital Innovation Day, un evento anual diseñado para ser una plataforma de conversación donde líderes, expertos y entusiastas del mundo de la tecnología analizan el presente y el futuro de la industria. Allí nos habló sobre la ciberseguridad y por qué hoy ya no es una inversión opcional y sí una necesidad. Y un tema adicional que genera gran curiosidad y muchos retos: la inteligencia artificial (IA) y cómo está transformando radicalmente el panorama de la ciberseguridad.
Las soluciones basadas en IA están revolucionando la detección y prevención de amenazas, brindando una visión más profunda de las vulnerabilidades y comportamientos maliciosos en los entornos digitales.
El líder de Crowdstrike (un referente en el mundo de la ciberseguridad), detalló cómo la IA puede identificar patrones y anomalías, anticipándose a posibles brechas de seguridad antes incluso de que ocurran. Para hacerlo, y contrario a lo que muchos creen, esta tecnología necesita de personas, de expertos en ciberseguridad que fortalezcan la defensa contra ataques cada vez más sofisticados.
La ciberseguridad pasó de ser un tema especializado a uno cotidiano porque se volvió evidente que esa transformación digital que cambió el mundo para bien, con ventajas y oportunidades de negocio, también tiene riesgos. Hoy, cualquier compañía es más consciente de que cuando un cliente deposita en ella la confianza de sus datos, necesita garantías de que estos no terminarán en otras manos. El gran reto es que la ciberdelincuencia también ha evolucionado para ser más peligrosa.
Hay una manera fácil de entenderlo. Hoy, nos decía Páez en el Digital Innovation Day, a un atacante le cuesta en promedio 79 minutos comprometer el primer equipo de una organización. Lo ideal, entonces, sería que las compañías tuvieran la capacidad de responder en menos que eso.
“¿Cuánto creen que se está tomando en promedio la industria globalmente en detectar y detener una amenaza? 172 horas es lo que toma hoy aproximadamente a una organización darse cuenta de que hay una situación que amenaza su seguridad”, nos dijo el representante de CrowdStrike.
Los riesgos cibernéticos en América Latina abarcan desde ataques dirigidos a infraestructuras críticas, hasta amenazas a la privacidad y seguridad de datos personales y empresariales. Si algo hemos aprendido durante estos años es que el fortalecimiento de la ciberseguridad en la región no solo requiere el desarrollo de tecnologías avanzadas, sino también de la sensibilización y capacitación continua de todos los profesionales en el área. La colaboración entre el sector público y privado, junto con una mayor inversión en recursos de seguridad, es esencial para mejorar nuestra resiliencia.
Con ese panorama, evidentemente la transformación digital necesita de “nuevas armas” contra la delincuencia. Y en ese contexto, llega la inteligencia artificial y su mundo maravilloso de opciones.
Empresas líderes en ciberseguridad como CrowdStrike se han convertido en grandes referentes globales al proporcionar herramientas y estrategias innovadoras para enfrentar los desafíos emergentes. La integración de la inteligencia artificial en la seguridad cibernética es en la actualidad un componente fundamental para anticipar, detectar y mitigar estos riesgos en tiempo real.
La inteligencia artificial no constituye una solución autónoma ni intuitiva para los desafíos de seguridad. No basta con invertir en ella para resolver de inmediato los problemas de ciberseguridad. El líder de CrowdStrike subrayó que la IA es una herramienta que complementa la labor humana y brinda una ventaja en la prevención y detección de amenazas cibernéticas.
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La IA se emplea para identificar posibles atacantes o adversarios, permitiendo una anticipación más efectiva y la prevención de daños derivados de ataques potenciales.
En lugar de depender únicamente de actualizaciones, la IA analiza continuamente el comportamiento de dispositivos y usuarios en tiempo real. Esta capacidad facilita la detección proactiva de anomalías, señalando posibles amenazas sin esperar a patrones conocidos.
Para entender mucho mejor la diferencia entre una visión estática y el análisis continuo de datos el invitado del Digital Innovation Day dio el siguiente ejemplo: “Imagina que a ti te cuentan una película con fotos, donde te dicen, mira, en la mañana me levanté, a mediodía almorcé, y en la noche llegué a mi casa, en tres fotos. Pero, ¿qué pasó en medio de eso?
Lo que hacemos con la inteligencia artificial es poder procesar, segundo a segundo, minuto a minuto, todo lo que está ocurriendo”, dice Juan Páez.
Sin embargo, el procesamiento constante de esa información implica grandes volúmenes de datos. CrowdStrike sabe de eso y se ha esforzado en mejorar su capacidad. Hoy, puede monitorear hasta 1.9 trillones de datos de comportamiento. Esta habilidad permite evaluar la validez de los eventos en tiempo real, una herramienta vital en la defensa contra amenazas digitales en evolución.
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Para clarificar más todas estas ventajas, en el #DID2023 el representante de CrowdStrike nos contó cómo se pueden identificar comportamientos anómalos. Un ejemplo sería el comportamiento inusual de un PDF que intenta conectarse a fuentes no usuales. “Es normal que, si yo utilizo Office, Office vaya a Microsoft, se actualice y me valide que efectivamente yo estoy abriendo un documento de Word. Pero si esto mismo yo lo hago con un PDF, no es normal que un PDF vaya a Microsoft y descargue o que haga algo directamente en el PDF porque son dos tecnologías diferentes”.
Esta variación en el comportamiento, detectada por la IA, sirve como una bandera de alerta para señalar situaciones anómalas antes de que las amenazas avancen hacia etapas más peligrosas. De esta manera, la IA en ciberseguridad no solo se enfoca en la fase final de los ataques, cuando ya el malware o ransomware son una realidad, sino que rastrea y analiza minuciosamente todo el proceso, desde la identificación de la vulnerabilidad hasta la autorización y los cambios en permisos, permitiendo una defensa más efectiva contra las amenazas digitales.
La duda más usual con la que llegan los usuarios a CrowdStrike gira alrededor de si hay herramientas anti-malware o anti-ransomware. Sin embargo, el malware y el ransomware representan la etapa final de un ataque, antes de su ejecución ya sucedieron una serie de eventos.
Si la IA nos permite gestionar millones de datos, ¿Qué sigue? Fácil: usarlos para tomar decisiones.
La capacidad de procesar datos masivos con IA proporciona la base para tomar decisiones rápidas e informadas en tiempo real. A eso hay que procurar llegar, nos afirmó el líder de Crowdstrike. La automatización de tareas mediante motores de inteligencia y Machine Learning permite tomar aproximadamente el 99% de las decisiones, optimizando así todos los recursos de seguridad.
Pero cuidado, en lugar de reemplazar a los profesionales de la ciberseguridad (claves en el proceso), la IA complementa y potencia sus habilidades. Roles como el científico de datos, el cazador de amenazas y el analista de seguridad colaboran con la IA para una toma de decisiones más eficiente y efectiva. Esta sinergia entre humanos y tecnología es esencial para alcanzar objetivos de seguridad.
La detección de anomalías o riesgos se vuelve más precisa, reduciendo al mínimo los errores de detección o los falsos positivos.
En comparación con el modelo tradicional, donde se abordaban alrededor del 50% de las vulnerabilidades, la priorización mediante IA permite reducir el riesgo focalizándose solo en el 20% crítico logrando una reducción del riesgo del 90%.
La defensa propositiva se hace posible gracias a la adición de capas de seguridad. Esto dificulta el camino de un atacante y fortalece la protección del sistema.
La unión de la experiencia humana, la IA y la automatización permite a las organizaciones fortalecer su postura de seguridad, detectar amenazas con mayor eficiencia y tomar medidas proactivas para salvaguardar sus activos digitales. En un entorno digital interconectado, la colaboración y la innovación son clave para lograr una defensa efectiva, enfatiza el invitado del #DID2023.
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La integración efectiva de la IA en las estrategias de ciberseguridad requiere seguir una serie de pasos fundamentales para maximizar su efectividad. Por supuesto, el camino de cada compañía es diferente y particular pero podemos tener algunas generalidades.
Hay que comprender las necesidades específicas de seguridad y establecer metas claras como el primer paso crucial. Identificar qué aspectos de la seguridad cibernética se benefician más de la implementación de la IA es fundamental para desarrollar una estrategia efectiva.
Investigar y seleccionar las herramientas de IA adecuadas es esencial. Se deben considerar las soluciones de IA que se alineen mejor con los objetivos de seguridad de la organización y que sean capaces de procesar grandes volúmenes de datos en tiempo real.
La IA debe integrarse de manera armoniosa con las soluciones y la infraestructura de seguridad ya existentes. Esto garantiza que la IA no opere como una entidad separada, sino que funcione en conjunto con otras medidas de seguridad para fortalecer la protección.
Hay que capacitar al personal en el uso y la comprensión de las herramientas de IA. Además, dado que la ciberseguridad es un campo en constante evolución, las compañías deben estar al tanto de las actualizaciones y avances en la tecnología de IA.
La implementación exitosa de la IA en la ciberseguridad requiere monitoreo constante y evaluación de su desempeño. Este seguimiento permite identificar áreas de mejora, ajustar estrategias y garantizar que la IA esté respondiendo eficazmente a las amenazas.
CrowdStrike, como líder en ciberseguridad, y Juan Páez, como uno de sus grandes impulsores, nos demostraron cómo la IA puede identificar patrones y anomalías anticipándose a posibles brechas de seguridad incluso antes de que sucedan. Esta integración no busca reemplazar a los expertos, sino colaborar con ellos para fortalecer la defensa contra ataques cada vez más sofisticados.
El futuro de la ciberseguridad en América Latina y a nivel global depende de esa sinergia entre humanos y tecnología. La confianza del mundo está en que logremos llevarla a cabo.