En el evento TIVIT Digital Innovation Data Driven 2025, Ramón Heredia, director ejecutivo de Digital Bank Latam, presentó una mirada amplia y provocadora sobre el impacto de la inteligencia artificial (IA) y la automatización en las organizaciones. Su conferencia, cargada de ejemplos y humor, giró en torno a un concepto clave: dejar de ser “chatgpteables”, es decir, identificar qué tareas pueden delegarse a la tecnología y cuáles constituyen verdaderos superpoderes humanos que deben potenciarse.
Heredia sostuvo que a diferencia de otras olas tecnológicas, como el boom de las punto com o el efímero entusiasmo por el metaverso, la inteligencia artificial no se manifiesta solo hacia afuera, sino como un sistema operativo que transforma internamente a las organizaciones. “Hoy los directorios presionan para hacer algo con IA, aunque muchas veces no tengan claro en qué. Eso genera que varias empresas corran como pollos sin cabeza. La clave está en entender dónde está la oportunidad y cómo aprovecharla”, advirtió.
Kodak y Fuji: Una lección de adaptación
Para ilustrar la importancia de anticiparse a los cambios, recordó los casos de Kodak y Fujifilm. Mientras la primera se aferró a su negocio tradicional y perdió relevancia, la segunda supo identificar sus activos —la experiencia en químicos— y diversificó hacia nuevos mercados como la cosmética, logrando facturaciones millonarias. “Lo esencial es reconocer los superpoderes de cada organización y preguntarse en qué otros clústeres o industrias se pueden aplicar”, explicó.
Heredia propuso un método que ha denominado “Espacios Vacíos”, un plan para identificar oportunidades a partir de tres pasos: reconocer los activos y capacidades existentes, descubrir recursos que no se están utilizando y explorar cómo llevarlos a nuevos mercados o clústeres. “Un chef no inventa ingredientes de la nada, los combina y experimenta hasta crear algo nuevo. Las empresas deben hacer lo mismo con su conocimiento, datos y talento”, señaló.
De los dolores nacen las oportunidades
Otro eje de su exposición fue la importancia de identificar los “dolores” tanto internos como de los clientes. Según Heredia, esos puntos de incomodidad son los que movilizan el cambio y permiten desarrollar soluciones innovadoras. “La innovación que no resuelve un dolor no logra capturar valor. Enamorarse de la solución en lugar del problema ha llevado al fracaso a muchas iniciativas”, remarcó.
Heredia cerró su intervención subrayando que el 2025 será recordado como el año en que la inteligencia artificial dejó de ser un concepto abstracto para convertirse en soluciones concretas en los negocios. Recalcó que la IA debe entenderse como un ingrediente más, junto a la automatización y la analítica, y no como un fin en sí mismo. “Estamos en la mejor época de la humanidad para innovar, pero la clave está en usar la tecnología con propósito y en reconocer los superpoderes que ya tenemos dentro de nuestras organizaciones”, concluyó