Ingresar en el metaverso es un desafío complejo que necesita planificación. Pablo Prieto nos da a conocer algunas de las claves para que las empresas den el paso.
El metaverso, un mundo virtual compartido que combina elementos de realidad aumentada, imágenes 3D y tecnologías como la inteligencia artificial, está ganando terreno rápidamente. Según expertos en consultoría y análisis de mercado, se espera que el valor de este universo virtual alcance los impresionantes US$$2,5 billones para el 2030. Es evidente que el potencial de negocio que ofrece es considerable.
En la actualidad, varias industrias ya están experimentando los beneficios del metaverso. Desde la creación de simulaciones virtuales de productos y prototipos hasta la interacción entre colaboradores en entornos de trabajo híbridos, este nuevo mundo digital está abriendo un abanico de posibilidades para la innovación empresarial.
Sin embargo, es fundamental que las empresas comprendan que ingresar al metaverso no es simplemente una moda pasajera, sino un desafío complejo que requiere una planificación adecuada. Las compañías deben evaluar cuidadosamente el impacto que esta transformación puede tener en su negocio. Aspectos como la ciberseguridad, la inversión financiera y la experiencia del cliente deben ser considerados de manera estratégica.
Además, es necesario que las empresas adquieran conocimientos básicos sobre conceptos como blockchain, NFT (tokens no fungibles) y criptomonedas, ya que estos elementos forman parte integral del metaverso. Rediseñar productos y servicios para adaptarlos a los objetivos y dinámicas de este nuevo entorno digital también es crucial para ofrecer experiencias inmersivas y atractivas a los usuarios.
Se debe reconocer que el metaverso nos genera la ilusión de ser el gran salto evolutivo de internet, aún hay mucho por demostrar en cuanto a la monetización de esta tecnología como modelo de negocios, también cómo reemplazar las formas tradicionales de trabajo e interacción entre personas.
La digitalización de los procesos operativos es otro aspecto clave en esta transición. Antes de invertir en plataformas de metaverso existentes, las organizaciones pueden comenzar por digitalizar sus procesos internos, desarrollando aplicaciones que faciliten compras, implementando vitrinas de realidad virtual y aprovechando las redes sociales para aumentar su visibilidad en línea.
Es importante destacar que el metaverso no reemplazará la interacción física, sino que busca complementarla. La omnicanalidad, es decir, la integración de la realidad virtual y la experiencia tangible en el mundo físico, será fundamental para garantizar una experiencia fluida y coherente para los usuarios.
*El autor es director Digital Business de TIVIT LATAM