En su carrera por implementar inteligencia artificial (IA), muchas empresas dejan de lado un paso fundamental: la modernización de sus sistemas críticos. Así lo advierte el business development manager digital de TIVIT, César Valles Sosa, quien destacó a El Peruano que “hoy, la mayoría de empresas habla de incorporar inteligencia artificial, pero la realidad es que solo un porcentaje está verdaderamente preparado”.
La razón: carecen de una infraestructura tecnológica adecuada, que incluya sistemas actualizados y capacidades de procesamiento de datos. Según la XXII Encuesta Anual de Ejecutivos (EAE-2024) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), un 23% de los encuestados está en proceso de implementación de la IA en sus procesos y un 51% considera adoptarla en el futuro.
Sin embargo, es importante considerar que la inteligencia artificial requiere de grandes volúmenes de datos de calidad, así como de una infraestructura que soporte el análisis en tiempo real. Sin estos elementos, las empresas corren el riesgo de implementar soluciones que no generen el impacto esperado.
Uno de los principales errores es priorizar la IA sin haber actualizado previamente las aplicaciones e infraestructura digital. “Esto causa problemas de compatibilidad, rendimiento y escalabilidad. Las aplicaciones que no han sido actualizadas, a menudo, no pueden manejar el volumen de datos necesarios para la IA o carecen de la flexibilidad necesaria para integrarse con nuevas tecnologías. Esto no solo desaprovecha la inversión en IA, sino que también puede causar interrupciones en la operación diaria”, alertó.
Añadió que la falta de una estrategia clara y definida también es uno de los errores más comunes que se observan. A largo plazo, dijo, esto puede erosionar la confianza en la capacidad de la empresa para innovar y adaptarse.
Modernizar aplicaciones críticas no solo significa estar al día con la tecnología, sino también impulsar la agilidad empresarial, mejorar la colaboración entre equipos y adaptarse con rapidez a cambios del mercado y necesidades del cliente.
Valles explicó que uno de sus principales beneficios es que permite optimizar costos, ya que las aplicaciones modernizadas son más eficientes, requieren menos mantenimiento y permiten escalar recursos en la nube según demanda. También es clave para una mayor productividad, debido a que las interfaces intuitivas y nuevas funcionalidades agilizan el trabajo diario y reducen tiempos de capacitación.
Asimismo, da una mayor seguridad, por lo que se aplican las últimas tecnologías de protección frente a amenazas cibernéticas.