El término Cloud ya no es un concepto conocido solo por informáticos. En los últimos años, y a raíz de sus múltiples beneficios, se convirtió en un recurso que engloba a toda la organización, incluyendo a los colaboradores y las mismas operaciones. Aun así, su masificación en el mundo empresarial ha llevado a que se dejen de lado factores relevantes que son fundamentales para tener éxito en su implementación.
A partir de la experiencia de TIVIT, compañía tecnológica con presencia en diez países de América Latina que cuenta con un portafolio de servicios especializados en la nube, puedo asegurar que este recurso computacional seguirá siendo tendencia en los próximos años, al menos en el universo empresarial. Y es que la reducción de costos, la seguridad de los datos, la alta disponibilidad de la plataforma y su flexibilidad, entre otros beneficios, son factores cruciales y llamativos para las compañías en medio de un contexto que exige digitalizar las operaciones para ser más competitivos.
Teniendo en cuenta este panorama, me gustaría explicar las características básicas que debe tener la nube para adaptarse a los requerimientos específicos de cada organización, recordando que todas las compañías tienen necesidades, servicios y oportunidades de mejora diferentes que deben ser estudiadas al momento de incorporar los beneficios de la nube a sus operaciones. Para lograrlo, existen tres conceptos claves a tener en cuenta: adaptabilidad, eficiencia y valor operativo.
Adaptabilidad:
Eficiencia:
Valor operativo:
Cabe recordar que la transformación digital pasó de ser una ventaja competitiva a una necesidad. Para abordar el camino hacia la nube, es fundamental contar con un socio tecnológico agnóstico, que permita guiar a las compañías desde el punto en el que se encuentran actualmente, hacia la transformación digital de su negocio, implementando lo mejor de cada una de las nubes disponibles.