Sin importar la cultura y el lugar, tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA), el Internet of Things (IoT) y las apps fueron empleadas para facilitar las actividades cotidianas en medio del intento por contrarrestar la propagación del Covid-19 e impulsar así la reactivación de diversos sectores económicos y sociales. Estas son las soluciones digitales que, si bien ya existían, se han popularizado más durante el último año y se prevé que seguirán siendo empleadas cada vez con mayor frecuencia en la “nueva normalidad”.
El uso de la analítica de datos y el Machine Learning en la prevención y seguimiento de personas con Covid-19, demostró cuán evolucionadas tecnológicamente estaban China y Corea del Sur al momento de la pandemia. Si bien estas herramientas existían desde mucho antes, el desarrollo de apps y la vinculación de robots y drones fueron usadas como respuesta ante la aparición del Covid-19 que marcaron la pauta en adelante a nivel mundial.
Un ejemplo de ello es la app “Alipay Health Code” que en China les asigna un código verde, amarillo o rojo a las personas para determinar su grado de vulnerabilidad frente al virus. El color verde les otorga libertad de movimiento, mientras que los dos restantes ayudan a las autoridades en el rastreo de personas con alto riesgo de contagio.
Por otro lado, en lugares públicos como las estaciones de trenes se han empleado robots, que, mediante el Machine Learning, desinfectan las superficies de constante tráfico humano. Para el envío de muestras e insumos médicos, las autoridades chinas utilizan los drones debido a su capacidad de recorrer largas distancias en corto tiempo.
Las redes 5G facilitaron en China, por ejemplo, la transmisión de datos a centros médicos cercanos sobre personas con síntomas de Covid-19, en tiempo récord. Esto ha significado tener una mayor velocidad de respuesta y atención profesional a fin de evitar futuros rebrotes.
Expertos de empresas tecnológicas como Huawei y Deloitte aseguraron en el informe "Combatiendo Covid-19 con 5G" que la gestión de la información mencionada anteriormente, así como la velocidad de navegación hubiera sido difícil de manejar con redes como la 4G. Actividades como las videoconferencias o consultas digitales que exigen velocidades de entre 50Mbps a 100Mbps son potencializadas por la velocidad de carga 5G que sobrepasa los 10.000Mbps.
Y es que, si bien en América Latina se distinguen para 2020 cinco redes comerciales de 5G ubicadas en Uruguay, Trinidad y Tobago, Surinam, Puerto Rico y Aruba, la mayoría de países de la región planean expandir su espectro radioeléctrico con tecnología de quinta generación hasta finales de 2020 e inicios de 2021.
Esto podría ser una desventaja de cara a la pandemia, pues al no optimizar los entornos digitales, la calidad de la respuesta profesional basada en la transmisión de datos vitales podría disminuir.
De acuerdo con el Banco de Desarrollo de América Latina, las aplicaciones digitales que están siendo empleadas en varias regiones del mundo actúan en tres niveles: información y transparencia; trazabilidad y diagnóstico; y prevención, control y mitigación.
En ese orden de ideas, las iniciativas que se dirigen hacia la prevención son variadas, pero concuerdan en el uso de oportunidades como la IA y la analítica de datos. Ese es el caso de la startup canadiense BlueDot, que mediante la captura de datos de miles de fuentes en diversos idiomas, desarrolló una aplicación que predice brotes de contagio. Esta facultad permitió alertar sobre el contagio de Covid-19 en Wuhan, mucho antes que las autoridades locales lo hicieran.
En América Latina el desarrollo de apps gubernamentales se disparó como una forma de difundir información a la población y, a su vez, recolectar datos con los que se pudieran diseñar políticas públicas. Es el caso de Ecuador con “Salud EC”, de Colombia con “Coronapp” y de Argentina con “Covid-19”, aplicaciones que mediante el rastreo por GPS le siguen la pista a personas que están dentro de un cerco epidemiológico y, además, brindan educación alrededor de los protocolos de bioseguridad requeridos, entre otras funciones.
El trabajo, la educación y la medicina a distancia fueron apalancados del mismo modo por el dinamismo digital actual. Debido a la gran demanda, grandes proveedores de plataformas que han facilitado la conectividad remota como Google, Microsoft y Cisco han anunciado beneficios que van desde un mayor número de personas en videoconferencias, hasta la posibilidad de usar algunos servicios gratuitamente.
En el caso de Google, este proveedor ofreció a sus usuarios de ‘G Suite’ y ‘G Suite for Education’ acceso a las características más avanzadas de ‘Hangouts Meet’ sin costo alguno, permitiendo reuniones de hasta 250 participantes y la capacidad de grabar y guardar las videoconferencias en su nube de ‘Drive’. En un camino similar se encuentran Microsoft y su plataforma de videoconferencias ‘Microsoft Teams’.
La agrupación e interconexión de dispositivos electrónicos a través del internet que posibilita su trabajo de manera autónoma y sin constante manipulación humana, rasgos propios del llamado Internet of Things, o IoT, por sus siglas en inglés, es un recurso tecnológico que ha permitido controlar aforos y medir temperaturas autónomamente.
Gracias al IoT y la Inteligencia Artificial (IA), por ejemplo, los sistemas de control de aeropuertos y estaciones de trenes en Corea del Sur monitorean la temperatura de las personas y distinguen lugares en los que se propician las aglomeraciones. Incluso la policía usa cascos desarrollados por la firma tecnológica KC Wearable que identifican personas con fiebre a más de cinco metros de distancia y posibilitan el acceso al historial clínico de un individuo en tiempo real.
Como se ha visto, al igual que en anteriores etapas de la historia humana, pero esta vez de manera más avanzada, la tecnología ha ayudado a consolidar las respuestas más eficaces y contundentes con miras a reducir el impacto de las crisis, ahora con la del Covid-19.
Sin embargo, existen brechas en el acceso y aplicación de estos novedosos dispositivos y tecnologías que se profundizan de país en país, y de continente en continente, lo que es evidente en América Latina, que se encuentra relegada al comparar las estrategias que se han implementado en Asia, por ejemplo.
Hoy más que nunca es vital garantizar la universalidad del acceso a la tecnología de vanguardia si la meta en general, como planeta, es la supervivencia de la especie humana. Si el Covid-19 fue un impulso tecnológico, que la tecnología sea el puente hacia la igualdad, equidad y productividad.