Parece que el futuro estuviese presente hoy. El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó que para el 2025 las máquinas darían paso a cerca de 133 millones de nuevos roles de trabajo. Pero con el impulso tecnológico que supuso el Covid-19, las expectativas parecen estarse materializando más rápido.
El estudio “The future of Jobs”, realizado por la mencionada organización, fue desarrollado a partir de los resultados de una encuesta en la que participaron más de 300 compañías, con reconocimiento internacional, y presencia en 20 de las economías más desarrolladas del mundo, tales como Alemania, Francia, Rusia y Australia. Allí se determinó que, para el 2025, la automatización de los procesos productivos generará, además, 58 millones de empleos nuevos.
En el estudio, las empresas participantes representaron a más de 15 millones de empleados de diferentes regiones del mundo pertenecientes a sectores económicos como el automotriz, la aviación, el turismo, la ciencia y biotecnología, la energía, la banca, la salud y el cuidado, la minería y las telecomunicaciones. Sus resultados son fruto de las percepciones recolectadas expuestas por los ejecutivos de los negocios, especialmente del área de Recursos Humanos.
La publicación asevera que las actuales ocupaciones, que requieren de trabajos de fuerza, por ejemplo, serán realizadas por robots inteligentes a fin de usar el capital humano en otras tareas más productivas. De igual manera pasará con las actividades como las que realizan los analistas de datos, los que llevan la contabilidad o administran nóminas.
Además, se dedujo que el análisis de Big Data, el uso de tecnología aplicada en el mercadeo, el IoT, el Machine Learning y la computación en la nube serían las tecnologías más propensas a ser adoptadas por los empresarios para 2022, con un índice de favoritismo de 85%, 75%, 75%, 73% y 72%, respectivamente, según la investigación.
En ese orden de ideas, el FMI advierte que se requerirán nuevas habilidades en las que resaltarán los desarrolladores de software y programadores web. En regiones como Latinoamérica, la publicación nombra nuevos roles laborales emergentes como el de los analistas y desarrolladores de software y aplicaciones digitales; directores y Chief Executives de gestión; científicos y analistas de data; gestionadores generales y operativos; y profesionales en marketing y ventas.
Desde luego, una reforma tecnológica del empleo significará una responsabilidad conjunta entre empresarios, gobiernos y fuerza laboral para incentivar la formación y asimilación de habilidades digitales y tecnológicas que permitan el aprovechamiento de las oportunidades que las anteriores tecnologías pueden ofrecer.
Del mismo modo, será necesaria no solo una asimilación material sino mental de la transformación tecnológica y digital, que realmente pavimente el camino hacia la alta productividad de las compañías y los impactos de ello en la calidad de vida de los trabajadores; todo desde la voluntad humana por aprender y perfeccionar sus prácticas usando la tecnología como herramienta inteligente.
Un aspecto para rescatar es que en pleno 2020 ha cobrado protagonismo el contexto que el FMI formuló para 2025, a raíz de las tecnologías antes nombradas que ahora son empleadas como respuesta al virus del Covid-19. Esa coyuntura nadie la previó y, aun así, demostró cuán predispuesta estaba la humanidad para emprender una profunda transformación digital.
Desde luego que el proceso continuará y, sumado a la voluntad mancomunada, la prudencia será el mejor ‘gotero’ en la aplicación gradual de la automatización del trabajo a nivel mundial para no ampliar las crecientes brechas de habilidades y oportunidades que hoy en día ya conocemos.